Los alérgenos alimentarios son sustancias que en ciertas personas son capaces de ocasionar una respuesta anómala en su organismo, dando lugar a una serie de
síntomas adversos; entre ellos están las erupciones cutáneas, inflamación de los labios, náuseas, dolor abdominal, hinchazón, vómito y diarrea.
Afortunadamente, la mayoría de las reacciones alérgicas a los alimentos son relativamente leves, aunque en raras ocasiones éstas pueden poner en peligro la vida de una persona.
Aunque existen más de 160 alimentos que pueden provocar reacciones
alérgicas a las personas, la Ley sobre el Etiquetado de Alérgenos
Alimentarios y Protección al Consumidor (FALCPA) identifica a
los ocho alimentos alérgenos más comunes:
1. Leche
2. Huevos
3. Pescado (lenguado, bacalao)
4. Crustáceos (cangrejos, langostas, camarones)
5. Frutos secos (almendras, nueces)
6. Maní/Cacahuate
7. Trigo
8. Soya
Estos dan cuenta del 90 por ciento de las reacciones alérgicas y constituyen la fuente de los que se derivan muchos otros ingredientes.
Actualmente, las industrias alimentarias están obligadas a señalar y garantizar la ausencia de alérgenos de sus productos, para ello, deben de controlar todas las etapas del proceso, asegurando su trazabilidad y poniendo especial atención en aquellos puntos en los que puede producirse una contaminación cruzada.
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